MISCELÁNEA
Lo que me enseñó un inesperado maestro
Este artículo está hecho con especial mimo y dedicación, ya que me gustaría estar a la altura de las ideas que quiero exponer y de la importancia que han tenido para mi estos conceptos en cualquier situación de la vida. Al final, después de darle vueltas, me ha parecido interesante realizarlo en estas fechas, aprovechando que todos hacemos introspección, con el objetivo de saber hacia dónde vamos, sin olvidar de dónde venimos.
Llevaba un tiempo con la idea de transmitir de manera sencilla y práctica, sin caer en el saco de la autoayuda, los valores y actitudes que son importantes para enfrentarse con éxito a cualquier obstáculo que se interponga en nuestros objetivos (sí, también el estar sano y en forma… o del copón bendito).
Sin embargo, me parece algo aburrido hablar sobre el manido tema del estoicismo o pasarme de científico, rozando la pedantería, al describir los términos tan mal interpretados y de los que se abusa a día de hoy, como el sesgo cognitivo, la indefensión aprendida o el locus de causalidad.
Así que al final me he decidido por presentar a uno de mis maestros: Demon ‘s Souls.
Demon ‘s Souls es un videojuego tipo “souls” (hay otros como Dark Souls, Sekiro, Bloodborne…), de la compañía de videojuegos FROM SOFTWARE. Grosso modo, estos juegos son extremadamente difíciles, solo se puede guardar partida en ciertos puntos concretos del mapa, y si te matan en algún momento, lo pierdes todo y vuelves al principio.
A día de hoy ya nadie con cierta cultura puede discutir que los videojuegos son el nuevo arte. Y es que la calidad artística con la que imbuyen a algunas de estas joyas tecnológicas, implica la participación de muchas disciplinas artísticas, desde la fotografía o la música, hasta la arquitectura o la filosofía. La complejidad de los guiones y personajes de algunas de estas producciones, sobrepasa en calidad a muchas obras del cine. No es extraño pues que la industria del videojuego haya crecido exponencialmente los últimos años, al ser hoy día uno de los nichos de mercado más rentables.
Es por eso que las grandes industrias tecnológicas cada vez invierten más en la producción de videojuegos, no solo del desarrollo del software, sino contratando a grandes músicos, guionistas o dibujantes para sus obras.
Pero no solo eso. Más allá de una obra de arte para encantar tus sentidos o distraerte, los videojuegos pueden ser una herramienta de mejora personal potente. Mucho he aprendido de muchos videojuegos. Desde historia con el Age of Empires, hasta mitología con el God of war, los buenos videojuegos pueden ser buenos profesores. Pero sin duda, de entre los juegos que más me ha hecho mejorar mi actitud ante la vida, ha sido el Demon ‘s Souls (junto con Bloodborne y Sekiro).
Antes de pasar a analizar las lecciones que Demon ‘s Souls me enseñó allá por el 2009, y he vuelto a recordar en 2020 con su remake, dale play a la canción. Bienvenido a Boletaria.
El único fracaso es no aprender de la derrota
Puede sonar a tópico escribir esto, pero la única persona que nunca se equivoca es aquella que nunca hace nada. En los videojuegos Souls el jugador debe acostumbrarse a que es remotamente improbable poder ser capaz de saltar un obstáculo sin perecer en el intento… muchas veces. El videojuego es extremadamente difícil, y no hay curva de aprendizaje. El juego es el que es, y tú, debes aprender sus mecánicas, y hacerte mejor, estudiando a tus enemigos y sus situaciones. Cada vez que vuelvas a intentarlo serás un poco mejor, tendrás un poco más de habilidad, hasta que al final consigas atravesar y vencer el obstáculo…para encontrarte con otro.
Puedes pedir ayuda, pero puede que el que venga a ayudarte esté peor que tú
Existe la opción, en determinados puntos del juego, de convocar a otros jugadores para que te ayuden a derrotar a un enemigo aún más poderoso. Estas personas que vienen a ayudar lo hacen para obtener sus propios premios, pero también para unir fuerzas contra el enemigo final y poder derrotarlo. Son jugadores como tú, con sus habilidades, distintas a las tuyas, y algunos son mejores que tú y serán una ayuda real para ti… pero en muchas otras ocasiones, cuando adquieras pericia, la mayoría de jugadores, por mucho ímpetu que tengan de ayudar, serán solo una distracción momentánea para el demonio de turno, que será despachada en segundos… haciendo que vuelvas a quedar solo contra él.

Si alguien lo ha hecho, tu lo puedes hacer, aunque puede que de otra manera
Durante el camino que empiezas en un juego souls, verás que puedes mejorar distintas habilidades. Puedes ser un mago inteligente y sabio que domina las fuerzas de la magia, puedes ser un guerrero ágil y habilidoso o puedes ser un tanque blindado que maneja el contraataque y el ataque con brutalidad… incluso puedes ser un híbrido entre todos. Al final, lo único importante es que encuentres la manera en la que te sientas cómodo luchando contra las adversidades y desafíos que te propondrá el juego. No importa si derrotas a tus enemigos cuerpo a cuerpo y enlatado en una armadura de 80kg o en la cómoda distancia con proyectiles mágicos, vistiendo un camisón de seda. Todo tipo de combate requiere su tipo de habilidad, y todos tienen sus ventajas y desventajas.
Si parece imposible es porque lo estás haciendo mal
El juego al principio ni siquiera es divertido, parece un examen de fuerza de voluntad y disciplina, una especie de tortura psicológica compleja, que solo hace que aumentar tu frustración, a medida que mueres más y más. Pero conforme vas mejorando, vas viendo la luz y empiezas a progresar. Por mínimo que sea, siempre debe haber un progreso comparativo, puede que a ese enemigo que te mataba de un golpe en 3s, ahora logres aguantarle 20s con vida en combate, y hasta puede que llegues a herirlo y bajarle la barra de vida un pixel. Ahora ya sabes que puedes atacarle, así que es cuestión de tiempo lograr matarlo.
Si no estás progresando de alguna manera, es que algo estás haciendo mal y debes intentarlo de otras maneras.
Cuando las cosas van mal, siempre pueden ir peor
En este tipo de videojuegos existen las invasiones de espectros negros, que son otros jugadores, que vienen a intentar destruirte a tu partida. Si estás jugando online, estas invasiones no avisan y pueden ocurrir en cualquier momento.Da igual si estabas preparado o no, o si estás en medio de un camino tortuoso que exige el máximo de tu paciencia. Puede que incluso estés a las puertas del jefe final. Todo eso da igual, si has tenido la mala suerte de que te toque una invasión de este tipo… tendrás un jugador que intentará matarte, y si aún tienes peor suerte, podrá ser un jugador habilidoso o de un nivel muy superior, al que no le supondrá más de 10s acabar contigo y tus progresos.
Cuando las cosas van bien, en un momento todo puede cambiar para peor
Uno aprende a no confiarse ni crear expectativas positivas durante las partidas de este tipo de juegos. Imagínate que acabas de tener una batalla con un demonio muy poderoso, ha sido una batalla larga y dura, has gastado todos tus objetos curativos, has estado luchando con paciencia y precisión…has conseguido bajarle media vida al enemigo, pero has avanzado. Empiezas a saborear la victoria. Un poco más y habrán valido la pena esos diez intentos de llegar hasta aquí.Pero entonces, la realidad te golpea. Justo cuando al enemigo le queda menos de una cuarta parte de vida, se eleva, da un grito, y aparecen dos enemigos más, exáctamente iguales a él. A los que debes derrotar también, de manera simultánea.

Un simple cambio puede derrumbar todo lo que has construido
La precisión en cada movimiento durante el juego, es un ejercicio de autocontrol máximo. Puede que hayas hecho un camino de 20 minutos, derrotando a los enemigos, difíciles dado que estás en un nivel muy avanzado, y hayas conseguido lo suficiente como para subir de nivel.Pero entonces, de la nada aparece un esqueleto con un escudo y una lanza, un enemigo sencillo sin mucha complicación dado el nivel en el que estás y las veces que ya has hecho ese camino. En ese instante lo esquivas, ya que las anteriores veces lo has enfrentado y derrotado de manera fácil.
Con tan mala fortuna que caes por un precipicio que no habías visto y mueres. Ahora has de volver a comenzar.
Es el camino y no el destino lo verdaderamente importante
En el actual tren de vida que llevamos, orientado totalmente hacia el consumo y la apariencia es extraño encontrar oasis de “aquí y ahora”, donde el destino es solo una parte más del camino.En este tipo de videojuegos, absolutamente cualquier enemigo que encuentres, puede matarte con uno o dos golpes certeros. No existe el enemigo pequeño, y por lo tanto, no puedes bajar la guardia. En cada mundo, hay una serie de jefes finales, mucho más complicados que los enemigos que encuentras por el camino. Si no has sido capaz de aprender de ellos y mejorar tus habilidades de luchador por el camino, date por muerto.
Todos los enemigos del juego pueden ser igual de desafiantes, y no es extraño encontrar senderos, de poca importancia, dónde un cúmulo de enemigos te supone un reto mayor que el de un enemigo final.
No hay que perder de vista que el objetivo es hacerte mejor, porque sin eso, será imposible que te pases el juego.
Los avances lentos, suelen ser los avances más seguros
Después de morir por los caminos del juego decenas de veces, un principiante lo primero que hace es, asqueado y nervioso, ponerse a correr, tratando de esquivar los enemigos, con el único propósito de llegar al siguiente punto. Craso error. En cualquier esquina, dado el diseño de los escenarios, cualquier enemigo aleatorio, al encontrarse el jugador sin guardia ni defensa y solo corriendo, será capaz de ejecutar de un golpe al protagonista.Solo los más experimentados comprenden que la única manera de lograr pasarse el juego es enfrentándose a cada uno de los enemigos, dedicándole el tiempo suficiente como para saber cómo y por dónde atacan, cuando se interpondrán en tu camino, e intentando en cada nuevo intento encontrar una nueva y más eficaz manera de derrotarlos… o de esquivarlos mejor.
La única herramienta que debe ser mejorada eres tú
El jugador es el único responsable de sus acciones. Siempre hay un factor suerte, pero este se minimiza ante las habilidades de un jugador diestro. El personaje mejorará así como también las armaduras y armas que lleva, siempre en consecuencia de sus nuevas habilidades y niveles… pero el que realmente mejorará es el jugador.Es el jugador quien gana la paciencia suficiente como para aceptar la derrota y aprender de ella. También es el jugador, quien combate a la frustración viendo como todos esos puntos conseguidos se han difuminado y tiene que volver a comenzar desde cero. Debe manejar con frialdad y temple sus emociones, su ira, su resentimiento y su nerviosismo.
Luchar por mejorar día a día, partida a partida, utilizando cualquier obstáculo que se interponga en tus objetivos como un trampolín para hacerte mejor. No hay batalla pequeña ni decisión sin importancia.
Al final eres tú quien aprende que lo único de lo que dispones en este juego es de tus habilidades. Y ya sabes a qué juego me refiero.
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Shur ayunador
KALVO